Serie 11: Analizando los límites entre dos puntos. Corazón, Mente y Cerebro, 1998-2000
Entresaco nuevamente el contenido del statement con el que presentaba esta exposición en la sala de exposiciones de Las Naciones Unidas, Sala de Exposiciones de La Universidad de Nueva York (NYU), Skoto Galery, Fish Tank Galery, de New York y Galería Juan Manuel Lumbreras, de Bilbao. Y lo hago así, porque en su día, cuando lo escribí en mi deseo de defi nir la obra, me tomó todo el tiempo y la actitud más sincera y profesional. A las exposiciones con esta extensa serie la titulaba New York / Puntos / Yo Soy y la definía así:
“La serie que presento aquí, continuación de las dos anteriores, (Pertenencia y Diferencia) está registrada en los archivos de mi ordenador como “Puntos” (mas tarde la defi niría de manera más específi ca con el título: Analizando los límites entre dos puntos y sus últimos resultados como: Corazón, Mente y Cerebro) y fue iniciada en el ordenador, el pasado año 1998, literalmente con 3 puntos: uno de color amarillo, otro rojo y otro azul. Los tres, en su máxima saturación de color.
A continuación elaboré tres planos a base de ir colocando puntos espaciados en dirección vertical y puntos espaciados en dirección horizontal.
Como consecuencia de este vaciamiento, división, o atomización del plano construido, éstos, los planos resultaban transparentes. Uno de estos planos era amarillo, otro rojo y el otro azul.
Tomé posteriormente la decisión de interconexionar estos tres planos transparentes moviéndolos espacialmente hacia detrás y hacía adelante con el resultado plástico de una serie de imágenes que recordaban a la mezcla de todo lo que caracteriza a New York. En las transparencias, en los contrastes y cambios continuados de la apariencia o presencia de los rascacielos de Manhattan. Podemos ver de manera simbólica lo que perpendicularmente a ellos ocurre, a nivel horizontal, por las calles de la ciudad.
Esta serie de imágenes que representan para mi, por una parte, la realidad neoyorkina de permanente movimiento, mezcla e interacción, por otra parte, a nivel emocional-psicológico, estaban enfrentándome con lo que supone esa capacidad de apertura en la relación con los otros: transparente, móvil e interconexionada, pero sin pérdida de la propia identidad.
Para ello quise “ver de cerca” qué ocurría con los límites y entre los límites de un punto con otro punto, de cualquiera de las composiciones resultantes de la interconexión y movimiento de los planos transparentes.
Literalmente, más y más me fui “metiendo” dentro de cada parte de imagen seleccionada, hasta encontrarme en y con esa línea que “separa” la identidad de un color con la identidad de otro color, percibiendo como consecuencia de la necesidad de ampliaciones de los puntos a analizar, nuevas imágenes, contenidas precisamente en ese encuentro o choque de un color con el otro color, de una luz con otra luz.
Haciendo una diferenciación consciente de estas nuevas imágenes, las he ido archivando y consecuentemente así han sido expuestas, bajo los títulos de
– Corazón
– Mente
– Cerebro
La obra es consecuencia de mi encuentro con la ciudad de Nueva York; la serie a la que pertenece la llamé Puntos y con Yo soy intento titular, defi nir, el resultado de una larga investigación artística que llega a trascender sus límites, hasta encontrarse con planteamientos metafísicos.
La conclusión fi nal de esta investigación trascendente, sería que: es la asimilación de la doble separación o división psicológica: vertical y horizontal o espiritual y humana, la que garantiza, por un lado la IDENTIDAD y por otro, la UNIFICACIÓN.
Dicho de otra manera: la asimilación de dicha doble división o separación, permite ser quienes somos, pero en relación con la totalidad. La mutación es posible si se dan, perpendicularmente, en la dimensión vertical: la renuncia del ego y, en la dimensión horizontal: la minuciosa diferenciación o separación psicológica de los otros, de todos los otros, vaciándose, y terminando con la necesidad de proyección en el otro.
A este proceso completo, me gusta llamarlo el proceso de las múltiples divisiones, pero tiene como resultado un sentimiento muy saludable de integración y comunicación”. Este escrito lo fi rmaba en 1999 y me está sorprendiendo muy gratamente comprobar que, el trabajo de investigación que le seguiría, totalmente diferente en su estilo, vuelven a reafi rmar los mismos conceptos, pero aplicados, trabajados con la propia persona.
Y aquí me gustaría hacer una separación, un descanso, porque las series que se van a explicar a continuación, son el resultado de la aplicación de la investigación plástica formal a la propia persona, a la artista. De hecho, inicié esta investigación con el deseo literal de “meterme” en el cuadro amarillo de la serie explicada arriba, titulado La Mente.
Resolución de la Dualidad en la propia persona.
Pero ahora, el concepto de la Dualidad me lo proponía trabajándolo, investigándomelo en mi propia persona. Sería mi propia horizontal: visión – mente y mi propia vertical: la memoria contenida en el sistema nervioso central: mis orígenes físicos, deseos, sentimientos, mundo afectivo, capacidad intelectual, inquietudes espirituales, etc. Para ello, ayudada de nuevo con una psicoanalista, la Doctora Silvia Fustenberg, así como las lecturas de Krishnamurti y estudios sobre la Kundalini y los chacras.
Horizontal: Necesidad de Vaciamiento de las Imágenes contenidas en la Mente. Soy Mujer y mi mirada es femenina.
Incorporaré más abajo el statement de la exposición realizada en Chelsea, titulada: Sexualidad y Mística de lo Femenino donde se explican los contenidos de las investigaciones de esta serie. Y, me gustaría añadir, lo absolutamente fundamental que fue el trabajo de esta primera parte del trabajo realizada ya en mi propia persona, para comprender como nuestros ojos están condicionados por nuestra mente. Es decir, que si por el contenido que en ella tengamos, (educación, cultura, sociedad, historia), nos dice que el color amarillo, por ejemplo, es negro; pues si, veremos negro donde es amarillo. El trabajo de estas siguientes series, ha sido especialmente importante para mi, en el sentido de decodificar los contenidos de mi mente, fundamentalmente dictados desde nuestra cultura, netamente masculina, para poder VER con una mirada propia –femenina– no condicionada por la mirada y el entendimiento de otros intereses ajenos a los propios, lo que me permite, primero, ser yo misma –eliminando de mi vida innumerables conflictos en el deseo de adaptarme a un mundo regido por los mandatos de sólo una parte– y por otra, adquirir la capacidad de mis propias elecciones de vida, acordes a mi sensibilidad e inteligencia.